Entrevista a Eduardo del Río Montojo, coordinador de QMED Palma, sobre mitos y tabúes relacionados con el injerto capilar

Las falsas creencias en torno al injerto capilar dan para un libro. Charlamos con Eduardo, nuestro coordinador de QMED Palma, de esto y del miedo a hablar sin vergüenza del injerto capilar. Quédate a leerlo y cuéntanos en comentarios tus impresiones.

1. Durante mucho tiempo hablar de injerto capilar era un tema tabú. Solo había unos pocos que se atrevían abiertamente a hablar de su problema, aunque fuera evidente. ¿Hemos avanzado lo suficiente en este tema o todavía nos queda mucho por hacer en función de los pacientes que nos llegan a consulta?

Creo que antes era algo que llamaba más la atención por lo novedoso y daba mucho que hablar, lo cual podía producir reparo en algunas personas que son más pudorosas. A medida que pasa el tiempo, se ha convertido en algo más habitual y que se ha vuelto accesible a más gente, algo que ayuda a que se trate de otra manera.

Creo que cada vez hay menos barreras a la hora de hablar de este tema y que poco a poco se está normalizando más; de la misma manera que pasó anteriormente con algunas intervenciones de cirugía estética en mujeres.

 

2. ¿En qué medida crees que influye vivir en una sociedad más abierta y con más conciencia del cuidado estético masculino para dar el paso y apostar por el injerto capilar?

Ya desde hace unos años los hombres han empezado a preocuparse más por su imagen y los iconos de belleza masculinos han ido cambiando en las últimas décadas. Ahora los hombres se mantienen con una imagen joven y cuidada hasta una edad más avanzada.

Por este motivo creo que se apuesta tanto por el injerto capilar, ya que quieren mantener una buena imagen durante muchos años y el cabello es muy visual en nuestra imagen.

 

3. Pero, aunque la alopecia salte a la vista y su solución también, ¿por qué consideras que a día de hoy muchos pacientes todavía tienen miedo a hablar sin tapujos de que se han hecho un injerto capilar? ¿Este secretismo o discreción puede estar relacionada con el miedo del paciente a que el injerto capilar no dé los resultados prometidos?

Mi sensación es que cada vez son menos los pacientes con miedo a hablar de ello. La mayor parte de ellos lo tratan con bastante naturalidad; es más, lo consideran casi como algo de lo que poder presumir. Los resultados de un injerto capilar ya están lo suficientemente contrastados como para tener miedo de ello, lo que es verdad es que es un proceso un poco largo y que los resultados no son inmediatos.

 

4. Como coordinador de la unidad, sabrás de primera mano las preocupaciones de muchos pacientes, ¿hasta qué punto las malas prácticas de injertos capilares en Turquía y en clínicas low cost de España hacen que cobre vida el mito de que el injerto de pelo tiene un resultado artificial? Nos referimos a malas prácticas en pacientes que tienen colocado el pelo en la dirección incorrecta de crecimiento o el denominado «pelo de muñeca», cuando se trasplanta cabello grueso en el nacimiento del pelo.

Algunos de los pacientes que pasan por aquí han sido intervenidos antes en Turquía. En algunos casos las intervenciones que se les han hecho son mejorables. Además de esos problemas en el injerto, lo más habitual es la sobreexplotación de la zona donante. Esto deja unas marcas que son muy características y que suelen ser asimétricas, ya que dejan uno de los dos lados más poblado que el otro.

El tipo de metodología de negocio que se ha hecho en los últimos años en esos sitios ha podido provocar que en algunos casos se le dé menos importancia a cantidad que a la calidad. Sin embargo, en España se ha avanzado mucho tanto en la experiencia como en la tecnología utilizada y por lo general existe un estándar de calidad alto con unos resultados muy buenos.

 

5. Existe una creencia errónea muy extendida que defiende que todos los hombres son candidatos a un injerto capilar. Pero esto es un mito que se cae por su propio peso, ¿verdad?

Exactamente, mucha de la gente que viene a informarse por primera vez se sorprende al saber que el número de folículos es limitado. Es muy importante analizar cada caso para valorar la viabilidad que tiene. Los factores más determinantes a la hora de saber si una persona es un candidato apto para un injerto capilar son, la zona donante, el área de implantación y las expectativas que tiene el paciente.

 

6. ¿Y qué decir del mito de que el pelo vuelve a crecer y los folículos pueden ser infinitos?

Es uno de los mitos más extendidos. Mucha gente cree que puede injertarse una cantidad sin límite de folículos y que se puede cubrir toda la zona que sea necesaria, pero no es así. De donde se extrae un folículo de la zona donante no vuelve a salir, de la misma manera que donde se hace el injerto no suele perderse. Siempre hay que estudiar las expectativas que tiene cada paciente para determinar si se pueden alcanzar.

 

7. Pero quizá el mejor de todos es el que circula sobre el injerto de pelo en Turquía y la mata de pelo inmediata al volver a España. ¿Qué daño ha hecho este mito a los pacientes que van a someterse a un injerto capilar y se encuentran que los resultados no son tan inmediatos?

Sí, a veces es difícil hacer entender a los pacientes que en estos procesos hay que ser pacientes. Los resultados definitivos tardan en verse hasta un año y son tan importantes los cuidados que se tienen después de la intervención como la intervención en sí misma. También es muy importante el tratamiento que se haga después para mejorar los resultados y darle más calidad al cabello.

 

8. Otra creencia equivocada en torno al injerto de pelo es que el pelo que se coloca es un pelo que no crece, que está muerto. ¿Por qué no es así para nada y estamos ante una auténtica mentira?

El pelo que se injerta es el pelo natural del paciente, la diferencia es que el pelo de la zona donante está genéticamente diseñado para durar mucho más tiempo que el de la zona receptora y no es atacado por la alopecia. El folículo se trasplanta con toda su estructura completa y que una vez terminado todo el proceso será un cabello totalmente natural.